miércoles, 16 de noviembre de 2016

Descarga gratis Transmetropolitan y gonza la experiencia

"El periodismo es una pistola, sólo lleva una bala, pero si apuntas bien no hace falta más"

— Spider Jerusalem 






EL LINK DE DESCARGA ESTÁ AL FINAL DEL ARTÍCULO.








Sí, ya sé que escribí "gonza" en vez de "goza" en el título, yo tengo un título en Comunicación Social y ustedes no, por eso puedo jugar con las palabras para hacer más "ocurrente" a un titular cuando se me dé la gana, en este caso fue para mencionar el gonzo, un subgénero del periodismo subjetivo o nuevo periodismo, creado por Hunter S. Thompson, periodista y escritor estadounidense proclamado como un enfant terrible de esta profesión gracias a su terrible carácter y a la controversia que provocaba con sus escritos, sin embargo, su legado inspiró a Warren Ellis para crear un cómic titulado: Transmetropolitan, cuyo protagonista, Spider Jerusalem, es un popular periodista de gonzo caracterizado por su irreverencia, acidez, agresividad, humor negro y total desapego por toda figura de autoridad.


Emblema del periodismo gonzo.
Casi se me olvidaba definir el término "gonzo", éste se refiere a un subgénero (o más bien estilo) periodístico en el que el autor forma parte de la noticia como si fuera su protagonista y la redacta desde su punto de vista mientras incluye toda clase de opiniones personales que son inadmisibles en el periodismo informativo tradicional, el gonzo es especialmente rico en descripciones contextuales y en elementos artísticos propios de la novela aunque en este caso se trate de un relato de no ficción, su símbolo, creado también por HS Thompson, es un cuchillo con un puño de dos pulgares en cuyo centro hay un peyote. 

Es casi obvio lo que resulta de un periodismo tan "libre" como lo es el gonzo y un personaje como Spider Jerusalem: el caos. Spider se encontraba viviendo como ermitaño en su casa de las montañas hasta que su viejo empleador lo llama para exigirle los libros que le había pagado por adelantado, evidentemente un drogadicto depresivo y violento como Spider ya se habría gastado el dinero pero aún tendría la deuda, así que a regañadientes baja de los bosques templados hacia la ciudad donde está la sede de su antiguo lugar de trabajo, el diario The Word, una vez allí consigue un puesto como columnista, ideal para sostenerse mientras da a luz a esos dos libros. También se hace de una nueva fama y de dos chicas asistentes que lo acompañarán en una cruzada periodística para destruir a los políticos corruptos que luchan por el poder. 


Fragmento de la portada del Número 2 de "De nuevo en la calle".

Con una estética cyberpunk pero un protagonista que desea abrirle los ojos a la sociedad por medio del periodismo, Transmetropolitan cae en el subgénero del postcyberpunk porque aquí al menos hay alguien que quiere mejorar el nido de ratas llamado "suciedad" "sociedad", aunque lo hará sin anestesia a largo de 52 números traducidos al español. A veces parecerá que el guionista se desvía de su relato, pero nada más lejos de la verdad, en lugar de ello, nos muestra una serie de piezas de rompecabezas que al final encajarán a la perfección, en una historia que muestra el actuar de la opinión pública, la corrupción del poder, la dinámica de la política, la degeneración social, la religión, el sexo, la violencia, lo trivial que se ha vuelto el mundo con la llegada de las nuevas tecnologías, la falta de espíritu crítico en la gente y en los medios, en fin... Transmetropolitan es una crítica a todos estos aspectos y una historia sobre la cultura, la contracultura y el humanismo, definitivamente es una obra que todo estudiante de periodismo debe leer dos veces: una al iniciar su carrera y la otra al terminarla. 


Instrucciones para leer el cómic 


1. Descarga e instala GonVisor, sin este programa no se podrán visualizar los archivos, se puede conseguir en: 

http://www.gonvisor.com/es/descargar-gonvisor


2. Una vez instalado Gonvisor, descargar el archivo .rar y descomprimirlo. 


Link de descarga 


https://mega.nz/#!31JSlQ6I!jGe7CzSiVG-4pUn33ruZxo-6m42za88A-L5p5Jkhkh4





jueves, 10 de noviembre de 2016

Trumpmanía y la dictadura de lo "políticamente correcto"

No vengo a hacer una carta de indignación por el desperfecto de la democracia pero tampoco una oda a la política estadounidense, vengo a dar sentido contextual a la victoria de Trump y a criticar a todos aquellos que se creen dueños del conocimiento absoluto sólo por repetir cual loros lo que dicen unos líderes de opinión de cartón, prefabricados por los medios para hacerle creer a las masas que son inteligentes y que sus opiniones valen.  


La victoria de Trump se aseguró gracias a la explotación del odio, una estrategia popular en la izquierda cuya efectividad no se puede negar, fue el Che Guevara quien dijo: “Un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal” y vaya que tenía razón, sólo que la mayoría de la gente etiqueta al odio como algo “malo” pese a ser una emoción humana, éste se almacenó de tal forma que fue explotado por un político demagogo como Trump, al igual que en su momento también lo hizo Hugo Chávez (no se están comparando en posturas ideológicas, simplemente en estrategias políticas). ¿Saben quién es el culpable de todo ese odio almacenado?, así es, la nueva dictadura de lo “políticamente correcto”, cuyo actuar fascista le dio un golpe a la libertad de expresión al prohibir todo comentario negativo hacia las vacas sagradas de la segunda década del siglo XXI: las mujeres, negros, mexicanos, homosexuales, gente “mente abierta”, discapacitados, entre otros… 


Con esto no se está construyendo una apología hacia el crimen de odio, sino una idea que se refiere a la tendencia actual de castigar exageradamente a cualquiera que se atreva a decir algo “no bueno” sobre los homosexuales o alguno de los grupos que por ser “indefensos” o “minoritarios” son defendidos por terceros de una forma que raya en la sobreprotección y el fanatismo, cualidades criticadas en los conservadores de la vieja escuela por parte de las nuevas generaciones. 

En fin, la moda de la “tolerancia obligatoria” ha oprimido de tal forma que aquellos que no estén en un cien por ciento de acuerdo con el comportamiento o forma de pensar de las vacas sagradas mencionadas anteriormente serán reprendidos con el escarnio público a más no poder.

Que no se olvide el caso de Phil Robertson, el patriarca “redneck” estrella del programa de televisión Duck Dynasty, criticado hasta el punto en que sus detractores pidieron cancelar el show por sus comentarios en contra de la homosexualidad publicados por la revista GQ, ¿dónde está la maldita tolerancia que tanto exigen si este hombre fue tachado por pensar diferente al resto?, ¿es malo porque nació y creció en otra época donde lo “políticamente correcto” era algo distinto a lo que es hoy?, pues sí, para la mayoría lo es, no saben distinguir entre una opinión conservadora en la que se cataloga a la homosexualidad como pecado y una incitación al odio como lo sería: “Vamos a quemar vivos a todos los maricas”.

Ahora, “imagínense” (por no decir “sepan”) que la represión de todo comentario “no acorde” con las nuevas tendencias “tolerantes” es una práctica que se extiende por todos los niveles de la vida pública, evidentemente los que piensen distinto deberán mantener sus bocas cerradas para evitar represalias hasta que uno de ellos se harte y diga en voz alta lo que muchos estaban pensando, ¿cuál es la reacción natural?, admirarlo, ¿y saben quién hizo eso?, así es, Donald Trump, ¿no han parado de leer?, los felicito. 

Trump se aprovechó del odio acumulado y de la situación en la que nadie podía expresarlo para hacerlo primero y así arrasar la opinión pública por medio del show and shock, en otras palabras, los “luchadores de la tolerancia” fueron los precursores de la victoria de Trump, prohíbe algo y se hará más rápido, así de simple. 

Lamentablemente, esta dictadura de lo “políticamente correcto” ha idiotizado hasta los periodistas en los medios tradicionales que no dejan de hacer comparaciones sin fundamento entre el muro que Trump todavía no construye y el Muro de Berlín, ¿por qué opinar esto no tiene fundamento?, simple, porque México y Estados Unidos no son un mismo país y autonomía en políticas migratorias no es igual que conflicto territorial bajo tensiones en la Guerra Fría, además, muchos medios de difusión y personas en general pintan a Estados Unidos como un país “guardería” para nosotros los latinos en lugar de intentar acomodar estas malditas cloacas llamadas “países del tercer mundo” de tal forma que nadie deba pensar en emigrar. A continuación otras afirmaciones inútiles sobre Trump:

“Trump es un ignorante”, lo siento, nadie que haya superado una bancarrota para resurgir como magnate es un ignorante. 

“Trump es un misógino” ¿y esto qué tiene que ver con ser presidente? 

“Trump odia a los latinos” qué va, esto es cierto, tienen razón, pero… ¿eso no importa a menos que decida ir casa por casa matando a todos aquellos apellidados “Sánchez”?, ¿no?, sólo es una opinión ¿o a lo mejor quisieron decir: “Queremos emigrar a Estados Unidos ilegalmente y que el gobierno nos dé casa y comida gratis sin tomar en cuenta los intereses de sus propios ciudadanos”?.  

En fin, esto fue una excelente ocasión para demostrar que el odio no debe reprimirse sino curarse o de lo contrario puede ser usado como herramienta política por gente como Trump, sin dejar de mencionar que los latinoamericanos prefieren mantener la creencia de que pueden condicionar la idiosincrasia de Estados Unidos en lugar de mejorar sus países de origen para no tener que emigrar, por otra parte, la moda de lo “políticamente correcto” ha hecho que cualquiera que la defienda sea exaltado como “intelectual”, “héroe” o lo que sea, sin importar lo vacío de sus argumentos. Me despido a sabiendas de que también seré llamado “ignorante”, bueno, es su opinión, no la mía.