domingo, 9 de octubre de 2016

Testigo Presencial o "un destello de originalidad en un mar de refritos"


Bien jugado lo del fondo con fuego, bien jugado.



Testigo Presencial o Standoff por su título original, es un film que renueva el panorama de selección para quienes todavía optan por pagar una entrada al cine con el propósito de disfrutar de él y no para hacer vida social o una sesión de fotos a costa del aparente ridículo que implica hacer esto en una sala oscura. Con esto me refiero a que se trata de una película de autor, pues fue escrita y dirigida por Adam Alleca en lo que sería su ópera prima tras una experiencia previa como actor y guionista, este caso es sumamente exótico en la industria cinematográfica actual, dominada por remakes, reboots y adaptaciones con poco valor creativo. 


Este hecho ya le otorga una valoración positiva al film que se ve enaltecida con un guión minimalista pero cautivador por naturaleza en vista de que la ausencia de locaciones, actores y efectos visuales ampulosos dejan en evidencia que el interés por el largometraje descansa todo su peso en tres actores principales en una locación única durante un periodo de tiempo preciso para maravillar en lugar de aburrir, pero antes de ahondar más en este aspecto es necesario explicar de qué va el asunto. 


Sinopsis

Bird (Ella Ballentine) es una niña huérfana aficionada a la fotografía que resulta ser testigo de tres asesinatos en el cementerio donde estaba rindiéndole tributo a la tumba de sus padres;  sin embargo, logró fotografiar al responsable, un mercenario llamado Sade (Laurence Fishburne) quien la persigue hasta la casa de Carter Greene (Thomas Jane) , un militar veterano que decide protegerla del asesino aunque eso signifique una campaña de desgaste físico y psicológico entre dos bandos que se enfrentan en un espacio de cuatro paredes. 


Cámara analógica en el 2015, acierto estético.


Guión y dirección

Como ya se dijo anteriormente, el guión cuenta con una buena redacción y ejecución al valerse sólo de la dinámica entre los actores para mantener el interés; sin embargo, deja cabos sueltos en sucesos cuyo "cierre" desaparece tan pronto cumplen su fin dramático, un ejemplo de esto es la negación del oficial Baker (Jim Watson) a revelar información por radio a sus superiores cuando tuvo la oportunidad, el evento se desarrolló de la forma siguiente:


El oficial Baker sospecha de dos vehículos abandonados a un costado del camino que colinda con el cementerio en el que se llevaron a cabo los asesinatos, por lo tanto decide echar un vistazo hasta que oye uno de los disparos que hizo Sade en la casa de Carter, esto provocó que pidiera información por radio sobre el campo de tiro Red Pepper. Al percatarse de que dicho lugar estaba cerrado confirmó que algo andaba mal, pues un disparo en una zona rural escasamente poblada en la que además había dos autos abandonados era claro indicio de una irregularidad; sin embargo, el oficial desiste en reportar lo que había visto y oído para luego ir hacia la casa de Carter sin tener la más mínima precaución a pesar de ser un policía entrenado (pero novato) en una situación en la que no se necesita ser marine para darse cuenta de que puede tornarse peligrosa. 


Ahora bien, este evento sólo tiene importancia debido a que el arribo de Baker es vital para mantener el interés en alto, en vista de que lo siguiente es la tortura y muerte del oficial a manos de Sade al intentar quebrar la resistencia de Carter en lo que respecta a la entrega de la niña junto al rollo de película en el que está la fotografía del asesino. Si bien la estancia de Baker en pantalla es muy limitada y su influencia en el desarrollo de los hechos decae luego de que Sade le quita su revólver, no significa que se deba "forzar" su infortunio por una información que el mismo oficial se negó a dar sin razón aparente como tampoco resulta cómodo el hecho de que su rara pregunta sobre el polígono de tiro no haya generado curiosidad alguna en su interlocutor cuya es experiencia es "mayor" según lo que se da a entender en los diálogos, por ende, lo esperable era que el operador sospechara de la desaparición de Baker y enviara refuerzos, cosa que no sucede. 


No, no pediré ayuda.

Otro de estos "cabos sueltos" recae en la fotografía que Bird tomó del rostro de Sade, desde el inicio aparenta ser algo de suma importancia, tanto que Carter la esconde dentro de una linterna que luego mete dentro de una bolsa plástica para que la niña la ocultase en el tanque del inodoro; no obstante, no se vuelve a saber del rollo fotográfico en toda la película mas que fue usado como disuasión por Carter para que Sade no incendiara la casa, truco que pudo haber inventado fácilmente con sólo ver la cámara que portaba Bird. 


En este aspecto, los aciertos resultaron más numerosos que los detalles faltantes, por ejemplo, se tiene la falta de munición de Carter, pues su escopeta sólo tiene una bala a lo largo de toda la película, algo así no tendría sentido en una dinámica tradicional de protector-protegido-perseguidor; sin embargo, la trama muestra a Carter en el segundo piso de su casa, posición que le sirve de ventaja para enfrentar a Sade en vista de que las escaleras cubiertas de vidrios rotos (que él mismo arrojó para escuchar en caso de que el matón intentase subir) y la creencia del asesino de que a Carter todavía le queda un tiro le sirven como armas para mantener su lucha campal en este thriller psicológico.


La estrategia de hacerle creer a Sade que el arma todavía estaba cargada no se limitó a simples amenazas orales, en un momento dado, Carter le apunta a Sade desde el balcón debido a que el sicario se encontraba en el patio, en ese momento, el perseguidor adivinó que el arma tenía una bala en la recámara, mientras que su conocimiento sobre armas de fuego le dictaba que una escopeta como esa no tenía el alcance suficiente para darle a distancia, a todas estas el personaje de Carter le sigue el juego al gritar que tenía "seis balas" más sin dejar de apuntarle, lo que reforzó la deducción del villano  incluso al final de la película cuando sacó el cartucho de la escopeta en un rápido movimiento de manos que parecía más bien una recarga, lo hace de una forma tan convincente que no se revela sino hasta la última escena cuando Bird trata de disparar la escopeta para ejecutar a su ahora indefenso perseguidor. A pesar de que al principio se deja en claro la única munición en el arma del héroe, la trama y la actuación lo esconden de una forma tal que el mismo espectador lo pasa por alto hasta el impacto final. 


Te tengo


Esta clase de enredos y deducciones típicas de los thrillers están prácticamente ausentes en muchos de los films actuales que se escudan únicamente en cuerpos atractivos y en la sobresaturación de efectos visuales; si embargo, estos sucesos y los razonamientos que hacen los personajes para llevar a cabo las acciones que mueven la trama se dan de una forma entretenida a un ritmo agradable, cosa difícil de lograr en un thriller desarrollado en sólo un escenario cerrado, tal y como se evidenció en  The Hateful Eight, cinta de casi tres horas de duración que resulta tediosa en su mayoría. 


Por otra parte, la historia muestra una persecución bien planificada entre Sade y Carter que eleva el suspenso, en un momento dado, Carter baja a inspeccionar debido a que el intruso está muy silencioso pero no lo encuentra en la planta baja, sólo ve sus botas abandonadas, un claro indicio de que está intentando algo, sus sospechas son confirmadas al escuchar el rechinar de la madera del techo, es obvio que el asesino logró subir, por lo que sale y trepa por una escalera de mano hacia la ventana por la que se había colado el intruso. El ingrediente clave en esta parte fue ver cómo Sade se sorprendió al no ver a Carter donde se suponía debía estar, retumbado en la parte superior de la escalera para próximamente tener una breve confrontación con su rival, todo esto se plasmó como si se tratase de una cacería y no una lucha entre hombres, por lo que los resultados tuvieron ese aire de impredecible. 


Auch


Como un último toque de gracia se encuentran la permanencia de diferentes objetos en la trama, este fue el caso de la carta que Carter le estaba escribiendo a su ex, debido a que no sólo fue utilizada por Sade como burla y por ende ofensiva psicológica sino que le sirvió de inspiración para enviar un mensaje de texto a la antigua pareja del héroe para usarla como carnada, estos dos hechos se encuentran en extremos opuestos de la película, lo que denota una buena utilización de los recursos por parte del director así como una recreación fiel del comportamiento depredador que debe tener un asesino profesional. 


Además de lo anterior surge como bono extra la muerte del hijo de Carter, al comienzo de la película se ve cómo Mara (Joanna Douglas), la actual ex de Carter, le advierte sobre lo sucio que está el patio en el que jugaba el pequeño, esto sirve como una clara justificación a la muerte accidental del niño, pues éste se tropieza y cae golpeándose fatalmente su cabeza, dicho suceso sería "forzado" si no se hubiera añadido el comentario de limpiar el patio, pues se vería como algo demasiado "conveniente" o "insólito" gracias a que la perfecta alineación de la mortal piedra con la cabeza del niño y el enredo del alambre con su pierna aparentarían ser productos de una perezosa labor de dirección o de guión, pero no fue así. 


Actuaciones



En este apartado surgen dos extremos, el personaje que sobreactúa y el que carece de caracterización, el primero corresponde al actor Thomas Jane  que en varias ocasiones hace demasiado hincapié sobre su rol de héroe o protector a menudo cayendo en lo demasiado cliché, sobre todo al principio cuando dice "mientras siga respirando no le tocarás un cabello a la niña". En el caso de su oponente, el actor Laurence Fishburne, se mueve con mucha naturalidad por lo que el detalle de estar herido en el estómago por un tiro de escopeta suele olvidarse en varias ocasiones. 

Por su parte, Ella Ballentine ejecuta un papel bastante balanceado como Bird al no perder la timidez a lo largo del film mientras adecúa su comportamiento a la situación dependiendo de con quién esté, por ejemplo, era un tanto más irreverente y asertiva con su "tío" Roger (John Tench) que con Carter, lo que denota una buena caracterización de lo que haría una niña de esa personalidad en una situación similar. 


Conclusión


Standoff es una ópera prima competente cuya simplicidad y originalidad del guión la ponen como una opción diferente a la hora de escoger entre tantas películas ofertadas hoy en día que resultan ser remakes o secuelas en su mayoría; sin embargo tiene sus detalles, aunque es evidente que la pericia de su director puede mejorar con el tiempo. Todo esto permite dilucidar un puntaje de 7/10. 

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